Van de camino. Delante, en la pequeña camioneta del ejercito ruso de Ofelia van Lumiere de Dieu, Dinamita Eve y el curioso sarcofago de Wonde: la piton gigante. Detras, en el Poison Skyliner van Jesus Todopoderoso, Ofelia y el cadaver de mama Lincoln, que han encontrado en el jardin cuando transportaban al monstruo y su nutritiva cena. A Baba Muybridge no se han atrevido a moverle. Aristides "Ines" Lincoln sigue sentado en el Tuc Tuc de Lumiere esperando que se ponga en marcha la caravana...aunque hace mas de quince minutos que todos han salido ya... Señor que cruz!!
Dinamita Eve ha encontrado un libro de poesia en el bolson de Lumiere, lo saca y empieza a leer en voz alta:
_ Las Flores del Mal. Charles Baudelaire...poesia!! _dice con cierta admiracion
_Aha_ contesta Lumiere de Dieu
Dinamita Eve abre al azar el libro y lee _ ¿Del negro abismo emerges o bajas de los astros? Como un perro...
_Como un perro el Destino sigue ciego tu falda_ recita Lumiere
_Como un perro el Destino sigue ciego tu falda_ continua Dinamita_ al azar vas sembrando el luto y la alegria
_al azar vas sembrando el luto y la alegria_ ahora recitan los dos juntos, Dinamita leyendo, Lumiere al compas mientras conduce...
_y todo lo gobiernas sin responder a nada
_y todo lo gobiernas sin responder a nada
_Caminas sobre los muertos Belleza y de ellos te ries
_Caminas sobre los muertos Belleza y de ellos te ries
_El Horror de tus joyas no es la mas hermosa
_El Horror de tus joyas no es la mas hermosa
_Y el Crimen entre todas tus costosas presas
_Y el Crimen entre todas tus costosas presas
_Danza amorosamente entre tu vientre triunfal
_Danza amorosamente entre tu vientre triunfal...
Dinamita Eve cierra el libro y se queda mirando a Lumiere que le devuelve de vez en vez la mirada con una sonrisa. Es muy guapo el chico, ya lo creo que si, interesante ejemplar_ esta pensando Dinamita Eve cuando empieza a sentir un cosquilleo en la pierna, es la mano de Lumiere que esta subiendo con todo el descaro del mundo por su muslo...
_Tu eres la Belleza_ le dice con la mano ya casi en el coño, la sonrisa luminosa y sin dejar de mirar la carretera del acantilado...
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